En sus relatos, enfocados a integrar espiritualidad, economía y narración, Sophie Strand, joven escritora del Valle de Hudson en Estados Unidos, dice que los momentos más creativos de la vida en el Planeta suceden cuando dos seres deciden fusionarse y colaborar.
“Es este momento de colaboración horizontal donde surge la creatividad; de juntarse, no cuando se “separan y bifurcan”, como cree la ciencia simplista.
La simplificación de la evolución es inexacta porque afirma que el proceso de «bifurcación» y «diferenciación» es donde emergen nuevas formas de vida.
Es simplista y por tanto equivocada porque ignora cómo sucede la diferenciación y bifurcación. Ambas ocurren cuando se fusionan y colaboran, es de ello de donde surge lo nuevo.
Un ejemplo: es el surgimiento de la vida multicelular en el planeta. Nació de la fusión de dos células simples que se juntaron y se “medio digirieron” entre sí. Y al completar esa experiencia, surgió algo nuevo.
“Somos producto de un arriesgado amor anárquico y de una indigestión donde la vida se atrevió a saltar el uno al otro en colaboración. Ahí es cuando ha ocurrido la creatividad, es donde ha tenido lugar la evolución”.
(Tomado de la entrevista de WINBLU a Sophie Strand)
Nota mía: En esta declaración, Sophie ha tomado la evidencia científica de Lynn Margullis (su libro El Planeta Simbiótico) y la ha convertido en una narrativa fundamental de los orígenes de la vida, derivado de los riesgos de la naturaleza al hacer el amor. Es cuando interactuamos simbióticamente con formas de vida, donde surge la más alta creatividad.