UNESCO San José trabaja junto a ella y un grupo de jóvenes del Caribe de Costa Rica en la protección del Patrimonio Cultural Subacuático

Por Mariana Álvarez
14 de Febrero de 2023

Quien visita el Caribe Sur, se encontrará la cuna de la cultura, la gastronomía y con una sonrisa que ilumina todo el espacio. Esa sonrisa es la de Maraya Jiménez.

Transcurría el año 2000, cuando el pequeño pueblo de Cocles en Limón, y las cuatro paredes de su casa de habitación, la vieron nacer. Gracias a su madre, quien migró a Costa Rica, corre por sus venas una rica herencia nicaragüense. Por parte de su padre, se desprende un fuerte linaje de personas trabajadoras de las bananeras de la zona Atlántica del país.

Por casualidad, su padre y su madre se llegaron encontrar en este pueblo hermoso, donde el mar y la brisa húmeda son parte de sus atractivos, ya que cada una de sus familias compró tierras para instalarse en la región. Su padre, gracias a la cercanía con el océano, se empezó a dedicar a la pesca y al buceo.

El Caribe Sur siempre ha sido su casa, su escuela y su colegio. En aquella zona, empieza a dar sus primeros pasos como mujer lideresa. “En el 2016 participé en un concurso de oratoria. Ajá, ahí es como empieza todo”, señaló con entusiasmo.

Para ella, su todo, es su conexión con las personas del Centro Comunitario de Buceo, Embajadores y Embajadoras del Mar. Un concurso de oratoria le acercó a esta agrupación que son guardianes y guardianas del mundo marino. Su impacto, gracias al trabajo con UNESCO San José, ha pasado de ser local a influir a nivel regional en la conservación de los recursos subacuáticos.

Fue la primera vez que se trajo este concurso a la zona porque al menos en mi colegio nunca se había escuchado ese tipo de participación estudiantil y nunca habíamos tenido esta experiencia en la comunidad. El tema del concurso de oratoria fue en la línea de las personas afrodescendientes. Es ahí cuando yo me doy cuenta de la historia afro y todo lo que ha pasado en el tema la esclavitud. Yo ni en la escuela ni en ninguna parte había escuchado sobre esto.

“Tuve una profesora de Estudios Sociales que era un libro andante. Yo le cuestioné y le dije: -¿por qué no nos enseñan esto?- Entonces, ella me empezó a contar un poco sobre la historia. Fue como abrir una puerta”. Con su relato oral sobre las personas afrodescendientes, Maraya ganó la competencia a nivel nacional.

Debido a sus logros e involucramiento con la cultura del lugar, la periodista María Suárez Toro, quien es la cofundadora del Centro de Buceo, la invitó a ser parte de la organización. “Siempre había tenido esa conexión con el mar, entonces me involucré en el proyecto”.

La organización está comprendida por juventudes de la zona que buscan dejar una huella en la comunidad y el ambiente. Las personas que son parte capacitan en las áreas de buceo, arqueología subacuática y restauración del fondo marino gracias al apoyo de Naciones Unidas. El Centro se ha aliado con la UNESCO y otras organizaciones como UNFPA y UNOPS con el propósito de posicionar a las juventudes como herederas del legado cultural y natural.

Iniciando su caminar con la organización, fue invitada a la Universidad de Carolina del Este. “Conocí los proyectos y el programa marítimo de la Universidad”, cuenta con entusiasmo. En ese año salió del Colegio y se empezó a involucrar cada vez más con el Centro.

Su amor por el agua lo deseo combinar por su amor por la justicia. “Empecé en la Universidad de Costa Rica a estudiar derecho y fui a la sede de Guanacaste (a más de 400 kilómetros de su hogar). Me fui a vivir allá y estuve dos años estudiando presencial. Entonces, estuve siempre ahí, apoyando desde lejos al Centro”.

Por la pandemia, vuelve a su Caribe querido a estudiar de manera virtual y se queda allá gracias a que la Universidad le ha permitido llevar sus estudios en línea. Esto, también le ha permitido dedicarle más de su tiempo al Centro de Buceo.

“Cuando volví me hice parte de la Junta Directiva como Secretaria. A partir de ahí, hemos estado trabajando más por la protección del patrimonio y en la gestión comunitaria”.

Maraya se empezó a interesar por el cuidado de la cultura y por descubrir sus raíces. “Me impresiona cómo esto de los barcos podría cambiar la historia de Costa Rica totalmente”.

El origen de los barcos, de los que cuenta Maraya, aún no están confirmados. Hay investigaciones que indican que, presuntamente, son dos  galeones que se encuentran en lo profundo del Parque Nacional Cahuita que datarían  de hace más de 300 años.

Las investigaciones en curso señalan que podrían ser navíos  de procedencia danesa que transportaban a personas esclavizadas procedentes de África. Las y los jóvenes del Centro de Buceo coordinan el estudio para conocer la procedencia de estos barcos.

UNESCO San José ha trabajado con la comunidad del Caribe Sur para asegurar la protección y puesta en valor de estos sitios arqueológicos sumergidos, bajo las disposiciones de la Convención de 2001 sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático.

En 2022, junto a la juventud local, UNESCO San José coordinó la exposición «Caribe Sur: cuna de una arqueología subacuática comunitaria en Costa Rica». De la mano de UNESCO, se trabajó con las personas jóvenes para poner en valor los bienes arqueológicos subacuáticos y proteger este patrimonio.

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Yonel Puga

La realización de esta exposición involucró a instituciones como el Museo Nacional de Costa Rica (MNCR), la Asociación de Desarrollo Integral (ADI) de Cahuita, la Universidad de Costa Rica, UNFPA, la Embajada de España en San José y la Coordinación Educativa y Cultural del Sistema de Integración Centroamericana (CECC/SICA).

La participación de estos socios permitió fortalecer alianzas y posicionar el patrimonio cultural subacuático como un elemento para lograr el desarrollo sostenible en el marco de la Agenda 2030.

El Patrimonio Cultural Subacuático revela el vínculo histórico entre el mar (y demás cuerpos de agua) y el desarrollo de las sociedades humanas. Desde tiempos ancestrales, el mar ha sido clave para la alimentación, la comunicación y el comercio. Por ello, el mar ha sido indispensable para el desarrollo de las culturas, y es de interés para UNESCO su estudio y conservación.

La comunidad de Cahuita es pionera a nivel nacional en la realización de actividades de ciencia ciudadana para sensibilizar al público sobre la importancia de este patrimonio y de las múltiples amenazas que enfrenta, incluyendo el cambio climático, el saqueo y la explotación comercial.

UNESCO San José ha facilitado el diálogo intergeneracional en la comunidad, las conversaciones con las organizaciones protectoras del patrimonio y la puesta en común de conocimientos con personas expertas en la materia con el fin de propiciar su protección.

Debido al involucramiento de Maraya y su organización en la protección de este Patrimonio Cultural Subacuático, ella fue invitada a Montevideo, Uruguay, a un encuentro organizado por la UNESCO en el que se han unido especialistas en arqueología subacuática y responsables técnicos del patrimonio cultural provenientes de 22 países de América Latina y el Caribe.

Este encuentro reforzó el compromiso de UNESCO en la protección del Patrimonio Cultural Subacuático y fortaleció la red de especialistas en la protección del patrimonio.

Me parece increíble poder ser parte de eso y también ser de alguna forma guardiana de mis derechos, mi identidad, y de la identidad de las futuras generaciones, exclamó Maraya emocionada. Qué bonito que se pueda involucrar a las personas y no solamente involucrarlas, sino que se pueda crear esa conexión entre las comunidades y su legado histórico también, agregó.

A pesar de disfrutar de sus días buceando, su parte favorita es la conexión que este proyecto genera con la comunidad, el poder crear lazos y el trabajar con las personas. Por eso, Maraya ha trabajado por llevar el conocimiento sobre el patrimonio subacuático y el mar a la comunidad. “Nosotros hacemos visitaciones a las escuelas y cantamos con ellos. Amamos que ellos cuenten cómo se imaginan lo que hay ahí abajo del mar y que se imaginen sus propias teorías de cómo pudieron haber llegado los barcos. Es demasiado increíble”.

Cuando termine sus estudios en derecho, quiere dedicar sus conocimientos a la conservación del Centro de Buceo. Además, a sus 22 años, tiene claro qué quiere dejar un legado en la sociedad: el ser una voz empática que resuena en las personas.

Dedicado a la madre de Maraya: quien donde quiera que este está orgullosa de su hija lideresa.

Tomado de: UNESCO https://articles.unesco.org/es/articles/maraya-jimenez-guardiana-del-caribe-sur-costarricense