El Festival co organizado por la Asociación Talamanqueña de Ecología y Conservación (ATEC) tuvo una serie de talleres y presentaciones artísticas nacionales y locales de todas las expresiones culturales de Talamanca y el país.

Entre ellas, la participación de Embajadoras/es del Mar conjuntamente con el Instituto del Ciencias Ciudadanas del Mar (INMAR Caribe) en el Festival Bless my Waters en el Caribe Sur el sábado 2 de diciembre en la Casa de la Cultura de Puerto Viejo y el  domingo 3 de diciembre en la Casa Comunal de Cahuita versó sobre la Arqueomitología Comunitaria Caribe Sur: “Contando Cuentos de Tona Ina y los/as Embajadores/as del Mar”.

 

                     El Taller en Puerto Viejo

En Puerto Viejo, un entusiasmado grupo de 18 personas, compuesto por una diversidad etárea entre los 5 y los 75 años de edad, una diversidad étnica compuesta por afrodescendientes, bribri y de descendencia europea y norteamericana.

La mesita con candelas y collares y pulseras Ashanti iluminó la jornada de la mañana coordinada por María Suárez Toro con el apoyo del joven buceador embajador del mar, Kalil Salazar.

El pequeño altarcito en  remembranza a la luz marina – Tona Ina – que alumbra en noches oscuras la Punta Cahuita, remitiendo al lugar donde se encuentran los restos de dos embarcaciones que aún sin saber a ciencia cierta su identidad, nos han abierto la consciencia sobre acontecimientos desconocidos hasta ahora sobre la llegada de embarcaciones esclavistas a “algún lugar” del Caribe Sur.

Punto seguido de encender las candelas, el circulo de participantes puedo conocer un paquete de 42 láminas, escogiendo la que mas le llamara la atención para querer saber más sobre ella.

Las láminas están compuestas por el conjunto de fotografías emblemáticas que evidencian la documentación de 8 años gestionada y realizada por los embajadores y embajadoras del mar en Cahuita sobre la búsqueda de la identidad de las embarcaciones de los naufragios en las aguas de Punta Cahuita.

La escogencia fue emblemática también: manillas, ladrillos, anclas y fotogrametrías del sitio de los ladrillos estuvieron entre las que despertaron mayor curiosidad.

Kalil explicó el lugar de cada una de esas piezas en el desarrollo de la hipótesis de que los vestigios pertenecen a dos barcos esclavistas daneses que en 1710 llegaron por equivocación a Costa Rica, cargando 650 africanos y africanas a ser esclavizados. Producto de un amotinamiento de marineros y africanos, los africanos y africanas fueron desembarcados en las costas.

Una presentación sistemática de las 42 láminas en diapositivas fueron presentadas, donde se conoció una sistematización del proceso de las Expediciones Galeones y Otras Embarcaciones de los embajadores del mar para llegar a acercarse casi definitivamente a la identidad de los navíos.

Una importante conversación completó el taller, en la que las personas participantes expresaron la necesidad de conectar esos hallazgos con las luchas por el mayor reconocimiento de la Tribalidad de  la población afro descendiente del Caribe Sur en la aplicación del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

                                                              El Taller en Cahuita

 En la Casa Comunal de Cahuita, otro grupo de 15 personas combinaron otras diversidades de nacionalidad y regiones, entre las cuales se destacó una mujer originaria de Nigeria – territorio de donde provenían muchos de los 650 africanos y africanas de los barcos de los naufragios en Cahuita, afro descendientes de la ciudad de Limón, afro descendientes norteamericanas y de la zona, entre ellas activistas de la lucha por la tribalidad.

De edades entre los 13 años de edad a los 75, la sesión de escogencia de fotografías ocupó un espacio tan largo y rico en preguntas y comentaros que no hubo necesidad de presentar las diapositivas.

Matieu , joven francés residente en Cahuita, destacó que para él, como joven, “tener la oportunidad de aportar en un proyecto como éste, me ha enseñado mucho sobre la historia donde vivo…”.  En su incorporación este año pasado, ha sido expositor de la Exposición organizada por el CCBEM con UNESCO,  fotógrafo en tierra y mar y monitoreo de corales.

Ana Yanci Cortés de la familia del Tajo Chirripó residente en Limón, dijo que esta historia es parte de su vida como costarricense aunque no sea afro, porque es historia de Costa Rica y su riqueza.

Los aportes para identificar acciones fueron enriquecedores:

Un aporte nuevo es el surgimiento de INMAR Caribe, el Instituto de Ciencias del Mar que viene a complementar con actividades de investigación, residencias artísticas y de estudios del mar y sus mitologías, etc.

Urge defender el derecho a visitar los sitios arqueológicos en el Parque Nacional Cahuita de acuerdo con su significado y con los criterios de la Convención convertida en Ley 9500.

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                      Sobre el Instituto de Ciencias Ciudadanas del Mar (IMAR):

 Una iniciativa en gestación en el Caribe Sur de Costa Rica que promoverá la ciencia ciudadana, la comunicación y las artes marino costeras en reconocimiento, acciones y servicios para apoyar su regeneración simbiótica, sus dones naturales y culturales y la ancestralidad en las aguas marinas y sus comunidades costeras en colaboración con sus iniciativas marino costeras regenerativas, sobre todo el Centro Comunitario de Buceo Embajadores del Mar y el Festival del Mar, entre otros.

                                                      Sobre la arqueomitología:

Disciplina de la arqueología creada por la arqueóloga lituano-estadounidense, Dra. Marija Gimbutas (1921-1994) y continuada por el actual Instituto de Arqueomitología con sede en California, EEUUAA, bajo la dirección de la Dra. Joan Marler, reconoce la necesidad de realizar un trabajo arqueológico multidisciplinar, que combine muchas disciplinas. Ello para dar cuenta de las culturas que crearon los objetos de la antigüedad que son estudiados en sus contextos, no sólo físicos, sino culturales, sociales y económicos.