Cuando todo lo que amamos de la vida, como mujeres de una especie materna que utiliza sus poderes naturales, sociales y políticos para cuidar a los hijos del clan; el bienestar de los propios clanes y de las tribus y territorios que los clanes organizan;

 Cuando todos esos conceptos básicos sobre el amor a la vida están siendo totalmente aniquilados “sólo porque sí”, porque es Palestina; simplemente porque son diferentes a la cultura dominante   occidental; simplemente porque ocupan su tierra                                                          Marah AlHoujairi
histórica que Occidente quiere explotar sólo para “los elegidos”;

Cuando nosotras, como mujeres de la especie materna que somos, sabiendo ontológicamente que nos corresponde a nosotras como reservas morales del clan, prestar atención al llamado de la vida a cuidar toda la vida;

 Y cuando eso está sucediendo ante nuestros corazones globalizados en una tierra aparentemente lejana como Palestina, no porque estén tan lejos, sino porque la ocupación de su tierra, el apartheid de sus vidas y los poderosos medios de comunicación que los vuelven invisibles y sin voz en la arena mundial;

 ¿Qué podemos hacer por el bien de nuestro amor a la vida?

 Mi corazón está destrozado por el genocidio en GAZA. Está destrozado por la condición de las palestinas y los palestinos en Gaza, porque la ofensiva del Estado sionista de Israel contra ellos, es matarlos a todos y a todo su sistema social reproductivo para vivir la vida, de modo que en caso de que alguno sobreviva a la guerra, no habrá nada más con qué seguir viviendo y por y con quienes vivir el amor de la vida.

Sí, también lo siento por los judíos civiles, humanitarios y des-sionizados que tienen que vivir bajo el sionismo, porque la naturaleza misma de su gobierno (sionista, patriarcal, capitalista, militarista) pone sus vidas en peligro constantemente. Y también hemos visto y vivido lo peor de eso.  Pero, como pueblo, no tienen el desafío de sobrevivir, cómo se lo han impuesto a los palestinos y palestinas.

Sí, todavía hay antisemitismo en el mundo y lo cuestionamos, pero no todo lo que es para Palestina es anti semitismo.  No es lo mínimo, porque las personas que se resisten al genocidio, se han enfocado en la sobrervivencia de la vida en Palestina porque es la que está amenazada por semejante poderío Occidental.

Espero que algún día el pueblo judío comprenda, o al menos reconozca, que existe una cuestión de poder en la forma en que la vida está amenazada desde el río hasta el mar.

Para los palestinos, el poder militar, capitalista, patriarcal y supremacista de la potencia occidental SIGNIFICA una capacidad real para la aniquilación total de TODOS ellos, sus sueños y su tierra.

 Y tal vez por la ofensiva genocida que ha estado ocurriendo durante tanto tiempo, el pueblo palestino es en que sabe bien que, SI SUCEDE en la mayor medida de aniquilación, todos seremos los siguientes en la fila.

Veo a las palestinas y los palestinos en la televisión. Nos piden que no los dejemos solos. Saben, mejor que nosotros, de lo que es capaz el poderío Occidental si no se le detiene ahora.

Frente a los horrores de esa guerra centenaria, resisten por lo mejor del amor a la vida de la humanidad y también por la vida – la de ellos y la nuestra. Me duele el corazón por los palestinos y palestinas  de Gaza porque son y han sido el cordón umbilical de una resiliencia histórica que ya no puede sola.  Y están llamándonos – desesperadamente – para que nos enamoremos de ellos, de la misma manera que amamos al resto de la vida del planeta. 

Por eso hoy pregunto: ¿tiene el amor oportunidad en Palestina ahora? 

¿Si es así, cómo? 

Estoy en huelga, buscando construir con ustedes y con Palestina, una respuesta a la pregunta.