“El acto de comer es un diálogo entre la tierra,
las plantas,
las células en nuestro intestino
y las células en nuestra
comida y [un diálogo] entre nuestro intestino
y el cerebro…
Podemos ser ignorantes del  ligamen
entre la comida y la salud,
pero nuestras células lo saben.”

                              Vandana Shiva en este, el último capítulo  de su libro Terra Viva, 2022

Una traducción libre y urgente
por María Suárez Toro

 

Somos una [misma] famila de la Tierra, en un [mismo] planeta, saludable en nuestra diversidad e interconectividad.  Cómo nos lo recordó Martin Luther King, “estamos atrapados en una inescapable red de mutualidad, amarrados por un solo tejido como destino. Lo que afecta a una directamente, afecta a todas indirectamente.”

Podemos estar ligados mundialmente o por la dispersión de la enfermedad cómo el COVID 19 cuando invadimos el hogar/ambiente de otras especies, manipulamos plantas y animales para la avaricia comercial y difundimos los monocultivos  o podemos estar conectados a través de la salud y el bienestar para todas al practicar la diversidad de ecosistemas y de la biodiversidad, la integridad , la auto-organización (autopoyésis) de todos los seres vivos, incluyendo a humanos.

Nuevas enfermedades han surgido debido al modelo globalizado, industrializado e ineficiente de alimentación y agricultura que está invadiendo el hábitat ecológico de otras especies y manipulando animales y plantas irespetando su integridad. La emergencia de salud de la que nos está alertando el corona virus está conectada con otra emergencia, [que es] la extinción y desaparición de especies que sucesivamente, está conectada a la emergencia climática.

En los últimos 50 años han surgido 300 patógenos como resultado de la destrucción del habitat de especies. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el virus Ebola se desplazó de animales a humanos y en New Internationalist reportó que ‘entre el 2014 al 2016 una epidemia Ebola sin precedentes mató a mas 11,000 personas en toda África Occidental. Ahora los científicos han ligado ese brote a la acelerada deforestación.’

El profesor John E. Fa de la Universidad Metropolitana de Manchester, investigador principal asociado del Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR), dice: Las enfermedades emergentes están vinculadas a alteraciones ambientales provocadas por humanos. Los humanos están mucho más en contacto con los animales cuando abres un bosque… tienes un equilibrio de animales, virus y bacterias y alteras eso cuando abres un bosque…

Tome [por ejemplo] la enfermedad del bosque de Kyasanur (KFD). Es un virus altamente patógeno que se transmite de los monos a los humanos a través de garrapatas infectados por el virus, ya que la deforestación reduce el hábitat forestal de los monos.

 

                           Fotos María Suárez Toro, India 4/3/23

El virus KFD es un patógeno que ha existido durante mucho tiempo como parte del ecosistema establecido en el sur de Kanara. La modificación humana de ese ecosistema a través de la deforestación provoca una aparición epidémica de la enfermedad.

El coronavirus también nos ha llegado de los murciélagos. La autora y periodista Sonia Shah observa: «Cuando talas los bosques en los que viven los murciélagos, no solo se van [despaparecen], vienen y viven en árboles en nuestros patios traseros y granjas».

El profesor Dennis Carrillo (1) de Cornell también reconoce que a medida que penetramos más profundamente en eco-zonas que no ocupamos antes, creamos un potencial para la propagación de la infección.

La enfermedad de las «vacas locas», o encefalopatía espongiforme bovina (EEB), es una enfermedad infecciosa causada por proteínas deformadas llamadas «priones» que afectan el cerebro del ganado. Las vacas se infectaron con la enfermedad de las vacas locas cuando fueron alimentadas con carne procesada de vacas muertas e infecciosas. Cuando los humanos consumieron carne de res de las vacas infectadas, contrajeron la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ). El prión es un agente auto-infeccioso, no un virus ni una bacteria.

La resistencia a los antibióticos (ABR) está aumentando en los seres humanos debido al uso intensivo de productos químicos en las granjas industriales. Los marcadores de resistencia a los antibióticos en los OMG también podrían estar contribuyendo a la ABR. La transferencia horizontal de genes entre especies es un fenómeno conocido científicamente, por lo que contamos con normas científicas y de bio-seguridad como el Protocolo de Bioseguridad de Cartagena y leyes nacionales de bio-seguridad.

En las últimas décadas, las enfermedades crónicas no transmisibles se han extendido exponencialmente. Un estudio de 2012 cuantifica el impacto en la salud y los costes relacionados con los daños resultantes de la exposición a 133 plaguicidas aplicados en 24 países europeos en 2003, equivalentes a casi el 50 % de la masa total de plaguicidas aplicados en ese año.

Foto Banco de Semillas en Finca  Navdanya, India. Foto MST, 4/3/23

Los resultados revelaron que solo 13 sustancias aplicadas a tres clases de cultivos (vid, árboles frutales y hortalizas) contribuyeron hasta en un 90 % a los impactos generales en la salud debido a la pérdida de unos 2000 años de vida (corregidos por discapacidades) en Europa cada año, lo que corresponde a un coste económico anual ] de 78 millones de euros.    Otro estudio de 2012 que analizaba el costo de envenenamiento agudo en el estado de Paraná en Brasil concluyó que la cantidad total era de $ 149 millones anuales. Es decir, que por cada dólar gastado en compra de pesticidas en ese estado, más o menos $1.28 se gastó a causa de los costos externalizados por envenenamiento.

Se ha estimado que en los 1990, en los Estados Unidos, los costos en salud ambiental y salud pública por el uso de pesticidas sumo $8.1 billones anualmente. Por eso, $4 billones fueron usados cada año en consumo de pesticidas en el país; por cada dólar gastado en comprar esas substancias, dos dólares fueron usados en costos de subcontratación.

Otro estudio publicado en el 2005 estimó que en Estados Unidos el costo de enfermedades crónicas por envenenamiento de pesticidas fue de $1.1 billones, de los cuales el 80% fueron de cáncer. Se ha calculado también que en las Filipinas, la transición de un tratamiento de envenenamiento de pesticidas a otro en el cultivo de arroz resultó en un incremento de ganancias de 492 pesos, pero creó un costo adicional de 765 pesos, con una perdida de 273 pesos.

En Tailandia, se ha estimado que el costo externalizado de pesticidas puede variar anualmente de entre $18 a $241 millones. En Brasil, los costos de daños a la salud de trabajadores de frijoles y de maíz suma el 25% de las ganancias.

Con respecto de la data más cercana a la realidad Europea, un estudio de una panel de expertos para analizar el peso y costo de las enfermedades relacionadas a los disruptores endocrinos lo evaluó de “probabilidad fuerte”, que cada anho en Europa, cómo 13 millones perdieron punto de IQ (coeficiente intelectual) y 59,300 casos adicionales de discapacidad intelectual fueron atribuidos a la exposición al órgano-fosfatos (químicos usados como plaguicidas artificiales aplicados para controlar las poblaciones plagas de insectos). Desde entonces se ha estimado que cada punto de IQ de exposición  prenatal a mercurio, vale por 17,000 Euros  y existen similitudes para la exposición a arogano-fosfatos. 

Foto: «Nuestro pan, nuestra libertad», cocinando producción propia de las mujeres, en el Foro en Navdanya.

Las consecuencias de la mal-adaptada modernidad se están viviendo en proporciones epidémicas en el mundo.  Aparte de muertes prematuras y discapacidades prolongada, las enfermedades que son resultado de dientas nutricionalmente deficientes están forzando a la gente a buscar atención a la salud que son cara y muchas veces impagables.

Los sistemas comerciales de salud son los beneficiarios de esas epidemias modernas, ofreciendo pruebas de tecnología intensiva y alto costo y tratamientos a desórdenes que podrían haber sido prevenidos mediante buena nutrición y un ambiente saludable.

La fisión Bayer y Monsanto implica que las corporaciones que venden los químicos que causan las enfermedades también sol las que venden las curas farmacéuticas para las enfermedades que han causado.

El costo global de la atención a la salud debido a las enfermedades relacionadas por el sistema de alimentación es así:

  • Obesidad: $1.2 trillones al 2025
  • El costo global de diabetes en el 2015 se estimaba en $1.3 trillones. En Italia, cada paciente sufriendo de diabetes hoy le cuesta as Sistema Nacional de Salud 2,589 Euros anualmente y las terapias relacionadas con la diabetes comprenden el 9% del presupuesto, equivalente a 8,26 billones de Euros. En África, 35 millones de personas – doble cantidad que ahora – serán afectadas por la diabetes y para el 2030 el costo estimado es de $1.5 trillones de dólares.
  • Las infecciones de Resistencia Antimicrobial (AMR por sus siglas en inglés) tendrán un gasto de $ 1 trillón en el 2050.
  • Cáncer: $2.5 trillones de dólares.
  • El costo de exposición a disruptores endocrinos [químicos capaces de mimetizar nuestras hormonas y, por tanto, de alterar el correcto funcionamiento corporal y afectar negativamente a nuestra salud] en Europa: $ 209 billones, anualmente el costo de exposición a esos disruptores endocrinos en los Estados Unidos es de $340 billones de dólares.
  • Nuevas investigaciones evidencian que en los Estados Unidos, el costo anual de autismo se ha más que triplicado a $126 billones de dólares; los costos del autismo en Gran Bretaña tocaron los 34 billones de pounds Y es el problema más caro de salud en este momento allí.
  • La creciente infertilidad ha llevado a la creación de una nueva industria que costó $21 billones de dólares  en el 2020.

Los gobiernos necesitan asegurar que los análisis sobre la bio-seguridad y la seguridad alimentaria no sean influenciados por la industria que se beneficia de la manipulación de organismos vivos la supresión de evidencia científica sobe sus daones plagas de insectos). Desde entonces se ha estimado que cada punto de IQ de exposición  prenatal a mercurio, vale por 17,000 Euros  y existen similitudes para la exposición a arogano-fosfatos.  

El daño ocasionado a la salud de la gente por la manipulación corporativa ya ha sido comprobado. Los intentos globales para desregular la seguridad alimentaria y la bio-seguridad requieren ser detenidos.

Con el corna virus los gobiernos han mostrado que pueden tomar acción para proteger la salud de la gente cuando tienen la voluntad de hacerlo. La crisis de COVID y la respuesta debe convertirse en la base para detener los procesos de degeneración de la salud nuestra y del planeta y renovar los procesos  de regeneración de ambos. La emergencia de salud ha mostrado que el derecho a la salud es un derecho fundamental, que la salud es uno de los comunes y bien público y que los gobiernos tienen el deber de proteger la salud pública.

La salud es un continuum de la tierra a las plantas, a nuestro microbioma intestinal. El futuro depende de nuestra UNIDAD (ONENESS) como humanidad en UN planeta, conectados en la biodiversidad y la salud.

No permitamos que las precauciones del presente se cementen en un clima permanente de miedo y aislamiento. Nos necesitamos unos a los otros y necesitamos la tierra en nuestra rica diversidad y auto-organización para crear resiliencia en tiempos de emergencia y para regenerar salud y bienestar en e mundo post corna. La crisis ha creado una nueva oportunidad para lograr un cambio de paradigma del mecanicista, era industrial de la separación, dominación, avaricia y enfermedad, hacia la era de GAIA, de civilización planetaria basada en la consciencia de que somos una sola familia planetaria, que nuestra salud es UNA, arraigada en la interconexión ecológica, diversidad, regeneración y armonía.

El microbioma humano consta de todos los microbios (bacterias, hongos y virus) que viven dentro o sobre nosotros, incluida la piel, los gránulos mamarios, el líquido seminal, el útero, los folículos ováricos, los pulmones, la saliva, la mucosa oral, la conjuntiva, el tracto biliar y tracto gastrointestinal. Se ha estimado que hay más de 280 billones de virus que habitan en nosotros, una comunidad conocida colectivamente como el viroma humano. Más de 380 billones de bacterias forman parte de nosotros, el bioma humano.

Fotos: Y sembramos un Huerto de Esperanza y de Paz, con semillas traidas por las participantes… MST, 4/3/23

Nuestro microbioma intestinal tiene 100 billones de microorganismos y 100 especies. Hay 100.000 veces más microbios en nuestro intestino que personas en el planeta. Existe una conexión íntima entre la biodiversidad y la salud de los suelos y las plantas, y nuestro intestino y nuestro cerebro. Nuestro intestino es un microbioma que contiene billones de bacterias. Para funcionar de manera saludable, el microbioma intestinal necesita una dieta diversa: y una dieta diversa necesita diversidad en los campos y jardines. La pérdida de diversidad en nuestra dieta genera problemas de salud. Durante la última década, la ciencia occidental ha comenzado a reconocer la centralidad del intestino para la salud, un principio que el ayurveda siguió hace más de diez siglos.

Como reconoce The Mind Gut Connection de Emeran Myer. Durante décadas, el modelo mecanicista, militarista y de enfermedad estableció la agenda para la investigación médica. Mientras pudieras arreglar la parte mecánica afectada, pensamos que el problema estaría resuelto: no había necesidad de entender la causa última…. Apenas estamos comenzando a darnos cuenta de que el intestino, los microbios que viven en él (la microbiota intestinal, el microbioma) constituyen uno de los principales componentes de estos sistemas reguladores y las moléculas de señalización que producen forman su gran número de genes, el  El intestino está cada vez más identificado cómo el segundo cerebro. Tiene su propio sistema nervioso, el sistema nervioso entérico ENS) con ente 50-100millones de células nerviosas.

Nuestros cuerpos son organismos inteligentes y la inteligencia no está localizada en el cerebro. Un intestino saludable tiene una diversidad y también una barrera entre lo interno del intestino, donde los microbios rompen el alimento, y el sistema inmunológico asociado al intestino permite la interacción y comunicación entre los microbios y las células de la inmunidad. Mientras más grande sea la biodiversidad en cualquier ecosistema, mayor la resiliencia y resistencia a enfermedades. Esto también se aplica al ecosistema de nuestro intestino. La destrucción de la biodiversidad del microbioma del intestino es responsable de las inflamaciones y desregulación metabólica que lleva a muchas enfermedades crónicas, incluyendo Diabetes tipo 2, la obesidad, declive cognitivo, la depresión y los desórdenes degenerativos del cerebro.

Cuando la biodiversidad de nuestro intestino decae por toxicidad, o por deficiencias en a comida que consumimos, pueden emerger pandemias de salud – infecciones gastrointestinales, enfermedades autoinmunes cómo el asma artritis reumática, la enfermedad intestinal inflamatoria, desordenes de autismo, obesidad y enfermedades metabólicas. “Una salud” implica que reconocemos  que la biodiversidad microbial es esencial para construir el sistema inmunológico.

Así cómo los microbios del suelo ayudan a las plantas a crecer y a mantenerse saludables, los microbios en nuestro cuerpo nos proporcionan los nutrientes y mantienen nuestra salud mental y física. Fortalecen nuestra resiliencia  cuando enfrentamos enfermedades. Cómo somos más bacteria que humano, cuando los venenos que se usan en la agricultura llegan a nuestro intestino por la vía de la comida, pueden matar bacterias beneficiosas. Los microbios del intestino procesan la comida que consumimos y la transforman en alimento nutritivo para cuerpo y cerebro. Nuestra biodiversidad microbioma  realiza la vital función ecológica de proveer y absorber nutrientes, protegiendo de patógenos, manteniendo las barreras que filtran lo que es beneficial de lo que es danhino para la salud, y transformando el alimento para convertirlo en los diversos químicos y enzimas que lo mantienen.

El microbioma intestinal participa en procesos vitales, incluyendo digestión, homestásis energética y metabolismo, la síntesis de vitaminas y otros nutrientes y el desarrollo de las funciones inmunes. Contribuye también a la producción de muchos compuestos que entran en el torrente sanguíneo y afecta varios tejidos y órganos del cuerpo. Las bacterías en nuestro intestino producen tres amino ácidos aromáticos, tryptopham, tyrosine y phenylalaninea [una vía metabólica de siete pasos utilizada por bacterias, arqueas, hongos, algas, algunos protozoos y plantas para la biosíntesis de folatos y aminoácidos aromáticos (triptófano, fenilalanina y tirosina). Esta vía no se encuentra en las células animals]. Dado que nuestras células no producen esta via,  ellas mismas no pueden producir esos nutrientes, por ello dependemos de las bacterias para obtenerlos.

Estos amino ácidos esenciales son precursores de los neurotransmisores dopamina, serotonina, melatonina, y adrenalina, así cómo la hormona de la tiroide folate y vitamina E. El asesinato de bacterias en el intestino conlleva a deficiencias en estas importantes moléculas biológicas, así cómo perjudica nuestra función neurológica.  La data del Centro de Control de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés)  – basados en tendencias, muestra que uno de cada dos infantes en los EUA van a mostrar signos de autismo en las próximas décadas. Ayurveda recomienda seis sabores para un dieta equilibrada – dulce, ácido, amargo, picante, astringente y salado. Cada sabor lleva el potencial para los procesos que crean y sostienen el sistema auto regulatorio de nuestro cuerpo. Los receptores de sabores no están solo en la lengua, sino que están distribuidos por todo el tracto gastrointestinal y están localizados en las terminales de los nervios en las hormonas que contienen células transducer [célula que manda señal a una célula par provocar una respuesta] en la pared intestinal.

La nueva ciencia biológica está descubriendo actualmente que e intestino tiene sensores para los distintos sabores y procesos metabólicos diversos que son gobernados por los diversos sabores ; por ejemplo, hay 25 receptores diferentes para lo amargo. Meleculas especificas y fitoquímicos encontrados en hierbas y especies activan receptores de sabor diferentes y activas procesos metabólicos particulares. Los receptores dulces estimulan la absorción de glucosa al sistema sanguíneo y a llevar insulina al páncreas. Mayer dice en The Mind- Gut Connection, lo siguiente: La multitud de fitoquímicos derivados de una dieta rica en diversidad de plantas, combinada con una gama de mecanismos sensoriales perfectamente combinados en nuestro intestino, sincroniza nuestro ecosistema interno, nuestro microbioma intestinal con el mundo circundante…

El sistema sensorial del intestino son la Agencia Nacional de Seguridad del cuerpo humano, recopilando información de todas las áreas del sistema digestivo, incluyendo el esófago, el estómago y el intestino, ignorando la gran mayoría de señales pero desatando una alarma cuando algo está sospechoso o anda mal. Así resulta ser uno de los órganos sensores más complejos del cuerpo.  El acto de comer es un diálogo entre la tierra, las plantas, las células en nuestro intestino y las células en nuestra comida y [un diálogo] entre nuestro intestino y el cerebro.

                                                                        Foto Samantha, Africa y Costa Rica sembrando semilla
de Calaloo en el Huerto. 4/3/23

Comer es un acto inteligente en el nivel celular y microbial más profundo y la comunicación celular es la base de la salud y el bienestar. Es también la raíz de la enfermedad. Podemos ser ignorantes de la liga entre la comida y la salud, pero nuestras células lo saben. Los Estados Unidos, el país más ‘avanzado’ en la industrialización de alimentos y de la agricultura, tiene 40% menos microbios intestinales en su población, que las comunidades indígenas de la Amazonas y de África. La biodiversidad de esas vidas pastorales y agrarias es más rica que la de [las vidas] de quienes viven en esas sociedades industriales. Cuando se trata de salud, que depende de la biodiversidad del intestino, las comunidades consideradas ‘atrasadas’ son mucho más avanzadas que las consideradas ‘avanzadas’. Los granos cómo el mijo, llamado ‘atrasado’ y ‘primitivo’ es el mejor alimento para la salud de la gente y del planeta.

Las científicas y científicos apenas han comenzado a estudiar el viroma y el bioma humano en la última década más o menos, sin embargo están listos para ‘conquistar’ los ‘malos virus’ y crear ‘super organismos’ humanos  , una continuidad del andropocentrismo y a epistemología militarista.  En diciembre 1, 2020, David Pride, un especialista en enfermedades infecciosas en la Universidad de California, escribió en la revista Scientific American, “ Si nosotros los humanos podemos llegar a descifrar cómo manejas los malos virus y cómo explotar los buenos, nos podríamos ayudar a convertirnos en super organismos más fuertes.” Sin embargo, es precisamente esta actitud de control y conquista lo que está a la raíz de las pandemias de enfermedades. No hay virus buenos y virus malos en un sentido absolutista, esencialista, atomizado y determinista.

Un virus pude ser seguro en un ecosistema y cómo parte de un organismo, y se puede convertir en inseguro para otros organismos cuando se desplaza. El corona virus de los murciélagos es seguro para los murciélagos y se puede convertir en inseguro cuando se desplaza [a otros organismos].  El corina virus era seguro para los murciélagos,; el virus de los monos era seguro para los monos; en los bosques. Cuando los humanos invadimos sus hogares y hábitats y animales desplazados, los virus saltaron de animales a humanos, se convirtieron en inseguros, regando epidemias.

La experiencia del COVID 19 debe sr una lección en humildad, un llamado a reconocer nuestra interconectividad con el resto de las formas de vida , [humildad] para no hacer danho a otros seres y especies, lo cual se traduce en danho para nosotros.

Fotos: Reunión internacional Diversas por la Diversidad,
Navdanya, 2-8/3/23

Es la ciencia de la biodiversidad e interconectividad entre la tierra viva, la semilla viva, la comida viva  y las economías vivas del bienestar, lo que Navdanya ha estado practicando  y promoviendo durante las últimas 3 décadas. Para nosotras, el cuido de la tierra es cuido de la salud  de la gente y del planeta.

(fin)

(1)     Experto en salud pública, es miembro de la Junta de Global Virome Project Leadership y fue director de la Unidad de USAID sobre  Pandemic Influenza y otras Emergentes Amenazas.